El Museo cuenta con una amplia muestra de las primeras piezas que se utilizaron en la industria del ron.
Además de las primeras piezas que se utilizaron en la industria del destilado, el muso exhibe una galería de fotos de los primeros fabricantes de ron del país.
El Museo del Ron y la Caña es una interesante fuente de información sobre la historia de las indumentarias que en los tiempos de la colonia se utilizaban para extraer el jugo de la caña de azúcar para el procesamiento del ron dominicano.
Este museo fue concebido por el fenecido maestro ronero César García con el objetivo de llenar un vacío cultural en la sociedad, para que la gente conozca de sus raíces, de su historia, de cuáles son sus puntos emblemáticos, como es el caso del ron. En la actualidad, lo dirige su hijo José Alberto García.
Y es que entrar a las diferentes salas del museo es descubrir un mundo antiguo, donde se destacan la historia de la caña y todos los utensilios que para la época se utilizaban para elaborar este destilado, como lo es el trapiche y el alambique, entre otros. Además, los visitantes, tanto nacionales como extranjeros podrán adquirir y degustar la variedad de rones que allí se fabrican, algunos de ellos de sabores frutales.
“La idea es que el pueblo dominicano y nuestros visitantes extranjeros conozcan cómo se inició la industria de la caña, cuales elementos se utilizaban, cómo ha ido evolucionando la industria de la caña o de los destilados en la producción de alcohol”, expresó la ingeniera química Altagracia Carrasco, encargada del Museo del Ron y la Caña.
Con más de 12 años abierto al público, en este el Museo del Ron se exhiben herramientas utilizadas en la antigüedad para el cultivo de la caña de azúcar, como el arado para surcar la tierra, así como la cuyaya, que fue de los primeros elementos para extraer el jugo de la caña por presión, que data de 1800.
También, está la paila, que es donde se hacía el “melao” para concentrar los azucares. También se exhiben ruedas de carretillas antiguas, a través de las cuales se trasladaban las materias primas de la fincas de caña, el equipo de destilación, entre muchas otras piezas. Otro de sus atractivos, es un mapa que muestra el segundo viaje de Cristóbal Colón a la isla en 1493, que es cuando trae por primera vez la “zoca” o raíz de la caña de azúcar, procedente de Islas Canarias.
Un bar permanece en el interior del museo, el cual por motivo de la pandemia permanece cerrado. De acuerdo a Carrasco, “dependiendo del comportamiento que vaya teniendo el virus, estamos estudiando la posibilidad de su apertura.
Piezas antiguas
Entre las piezas antiguas que adornan cada uno de los espacios del museo se muestra un antiguo trapiche en su “Patio español” que data del siglo XVIII, donde se observa una plantación de cañas de azúcar, con el objetivo de mostrar a los visitantes cómo es la forma de la planta de donde se extraje el jugo para hacer el ron.
Otras piezas que se utilizaban en la elaboración del ron y que adorna uno de los espacios del museo están la cuyaya, que fue de los primeros artefactos utilizados para extraer el jugo de la caña, con simple presión mecánica de dos maderos. Están también la columna de destilación y barricas donde se añejaba el alcohol que iba a ser destinado para la elaboración de rones.
Otro de los elementos importantes es el alambique, utilizado para la destilación. En ese sentido, Carrasco enfatizó que “ese tipo de equipo no da un alcohol apto para el consumo, porque no tiene las herramientas para establecer los parámetros específicos para un ron de buena calidad”.
El museo también exhibe piezas y herramientas de tonelería, empleadas para reparar los toneles, así como una galería de fotos de los primeros fabricantes de ron del país, entre otros atractivos.
“Durante el recorrido, les vamos explicando a los visitantes todo lo que compone este museo, el objetivo de su apertura, la historia de las piezas, entre otras características”, manifestó Carrasco, quien indicó que el museo permanece abierto de 9:00 a.m. a 5:00 de la tarde.
Laboratorio
El museo exhibe un laboratorio antiguo, donde se muestran los densímetros y alcoholímetros que se utilizaban para medir y pesar los alcoholes. Allí permanecen, otros detalles como vasos y botellas que se usaban en la época colonial, así como el histórico y célebre Folín, un embudo de manufactura que generalmente se usaba para rellenar las barricas con alcohol para envejecer.
“En este laboratorio también se pueden apreciar los buyómetros, que eran los que se usaban para determinar el por ciento alcohólicos en las fusiones fermentativas, ya que el alcohol proviene del jugo de la caña y por su riqueza en azúcar tiene la facilidad de fermentar fácilmente”, explicó Carrasco.
La encargada del museo, destacó la colección de libros y literaturas interesantes que permanecen en una vitrina, los cuales hablan sobre el proceso de cultivo de la caña de azúcar, de su fermentación, de la fabricación de alcohol, de vinos, entre otros destilados. De igual forma, resaltó botellas que fueron encontradas bajo el mar, las cuales conservan el salitre y arrecifes que “se le fueron añadiendo con el paso de los años”.
“El museo cuenta con una colección de envases de barro, donde originalmente se almacenaban los licores, calderos y ollas que se usaban en esos tiempos, pero que ahora utilizamos como elementos decorativos”, explicó Carrasco.
Asimismo, añadió que también tienen en exhibición candados que se utilizan en las bodegas de envejecimiento, embudos, jarras rudimentarias que datan de 1655, las cuales utilizaba la marina británica como una medida de ron entre los marineros, vigente hasta 1970.
Llegada de la caña de azúcar a la isla
La historia de la caña de azúcar inició con los colonizadores, cuando desde Islas Canarias trajeron en el segundo viaje de Cristóbal Colón la planta de caña de azúcar, originaria de la India. Esto fue en 1493.
Desde esa época se han ido desarrollando las plantaciones de caña, tanto para producción de azúcar, que fue un renglón que vino a llenar un espacio muy importante en la economía dominicana, así como la elaboración de rones, licores y alcohol con el cual se producen los diferentes rones. Luego un trapiche de mayor volumen de producción movido por caballos o bueyes se utilizaba para extraer el jugo de la caña, que luego se almacenaba en canoas. A partir de su almacenamiento es que en poco tiempo empieza su proceso fermentativo a temperatura ambiente.
“De ahí surge que ese líquido da el proceso fermentativo y a partir de ahí hasta nuestros días es lo que se ha venido haciendo, que es puliendo, mejorando y haciendo más eficiente el proceso de fermentar los azucares que viene el jugo de la caña para optimizarlos”, explicó Carrasco.
En el museo permanece un pozo que en los tiempos de la colonia se utilizaba para el suministro de agua, pero que ahora sirve de adorno para embellecer el entorno. Además, en algunos de sus espacios se mantiene las paredes y los pisos originales.
Objetivo
El Museo cuenta con una amplia muestra de las primeras piezas que se utilizaron en la fabricación del ron como lo es la cuyaya, con la que extraía el jugo de la caña.
Historia
Las salas del museo exhiben un mundo antiguo, donde se destacan la historia de la caña y los utensilios que se utilizaban en la época colonial.
Objetos
En el laboratorio se exhiben los densímetros y alcoholímetros que se utilizaban para medir el grado alcohólico en la producción del destilado.
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