¿Cerveza o vino? Estudios recientes demuestran que la cerveza y el vino están consideradas como las bebidas de mayor aceptación en muchos países del orbe, seguido por las conocidas como “espiritosas” (whisky, vodka o ginebra, entre otras). España resulta el segundo mayor productor mundial de vino, incluso, superando a Francia e Italia.
Sin embargo, ¿cuál de las dos bebidas está considerada como más saludable? Resulta que el consumo tanto de la cerveza como de las bebidas espirituosas se relaciona con niveles elevados de grasa visceral. De acuerdo con una pesquisa realizada a 1.869 personas con edades comprendidas entre los 40 y 79 años y publicado en la revista Obesity Science & Practice.
Varios medios científicos que han publicado sobre los efectos de la cerveza en el cuerpo humano apuntan que esta bebida contiene compuestos fenólicos similares al vino tinto. Pero en cantidades más bajas, como quercetina, epicatequinas y ácido gálico.
Tanto es así que cerca del 70 u 80% de los polifenoles en la cerveza provienen de la malta de cebada, y otro 30% del lúpulo, las flores de la planta.
La cerveza contribuye a aumentar la grasa visceral de la cavidad abdominal, lo que puede asociarse con un riesgo para enfermedades cardiovasculares. Principalmente, infarto y aterosclerosis, debido a que este tipo de grasa también puede depositarse en el corazón.
Sin embargo, el vino muestra unos niveles de grasa mucho más bajos. De acuerdo con la referida investigación, se halla una mayor densidad mineral ósea entre los adultos mayores que bebían vino blanco con moderación que en los que consumían cerveza.
Por su parte, el vino tinto contiene aproximadamente 10 veces más polifenoles que el vino blanco, aunque existen otros compuestos activos en el vino blanco causantes de un efecto cardioprotector.
El vino suele contener varios compuestos además del alcohol que ayudan a relajar los vasos sanguíneos y prevenir la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL, colesterol “malo”).
Cualquiera de estas bebidas, consumida con moderación, puede ayudar. No obstante, a reducir la diabetes y el riesgo cardiovascular. Otra investigación presentada en la Conferencia de Epidemiología, Prevención, Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica 2022 de la Asociación Estadounidense del Corazón, apunta que beber vino con las comidas se asocia a un menor riesgo de diabetes tipo 2.
En cuanto al consumo de cerveza, la doctora Ascensión Marcos informó a la Nutrients, que “una ingesta aproximada de una cerveza al día para las mujeres (sobre 400 ml) y una o dos para los hombres (aproximadamente 700 ml) podría definirse como un consumo moderado de cerveza. Siempre que dicho consumo se distribuya a lo largo de la semana, sin atracones y en el contexto de la hora de las comidas, como es costumbre en los países mediterráneos.
Los estudios también sugieren que las cantidades ligeras a moderadas (1-2 bebidas al día para hombres y hasta 1 bebida al día para mujeres) pudiera ser efectivamente beneficiosa al organismo.