China ha expresado su resistencia a la meta de transformar el transporte marítimo a través de la eliminación gradual de los combustibles derivados del petróleo, una propuesta presentada por la Organización Marítima Internacional (OMI). Según informa el Financial Times, el gigante asiático habría enviado una carta a las delegaciones de la OMI de otros países, argumentando que una meta ambiciosa de reducción de emisiones obstaculizará el desarrollo sostenible del transporte marítimo internacional y aumentará los costos de la cadena de suministro, lo cual podría perjudicar la recuperación de la economía mundial.
China está buscando el apoyo de países como Brasil, Argentina y Rusia. Su preocupación principal radica en la posible pérdida de competitividad de las exportaciones agrícolas debido al encarecimiento de los combustibles. Esto se suma al hecho de que China es tanto un importante importador de alimentos y materias primas como un gran exportador de productos terminados por vía marítima.
La agencia de la ONU con sede en Londres está intentando llegar a un acuerdo entre los países y la industria naviera para eliminar progresivamente los combustibles derivados del petróleo. El grupo de trabajo intersesiones sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques está en constante comunicación para acordar las medidas y objetivos que deben adoptarse.
Gran parte de la organización está comprometida con lograr un “cero neto” en 2050, abogando por una forma de gravamen sobre el combustible de los buques como mecanismo para alcanzar este objetivo.
En este contexto, desde la agencia consideran que cualquier cambio hacia nuevas estrategias de combustibles enfrentará dificultades para tener éxito si no se incluye a China en la ecuación, dado su importante papel en los flujos marítimos internacionales. Esto podría poner en riesgo las grandes inversiones que algunas grandes navieras ya han hecho en nuevos tipos de combustible para sus buques.